Caminó bajo el cielo encapotado hasta que llegó, pero todo estaba oscuro, tampoco se oyó ningún ruido, Millie comenzó a impacientarse. Saltó la reja y sin pensarlo tocó el timbre de la puerta de adentro. No atendió nadie y Millie se dijo a sí misma:- Ya me cansé de esperar, y no puede ser que el propietario esté de vacaciones porque estamos en septiembre, pero a lo mejor está aún trabajando porque, como es el día del padre, puede haberse quedado a trabajar más tiemp...Pero no llegó a terminar la palabra cuando de repente un rayo iluminó el bosque y comenzó a llover a cántaros. Millie se dio cuenta que la llave de la casa estaba caída debajo de la ventana.
Abrió la puerta y entró empapada, pero se quedó con la boca abierta al ver lo que había adentro.
Continuará
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