miércoles, 24 de agosto de 2011

Y continúa la historia

Millie tropezó con un canasto de cebollas y ajos podridos y cayó al suelo. Se paró a regañadientes mientras escupía tierra seca, porque se había caído de tal manera que su rostro quedó completamente hundido en una maceta con tierra, pero sin plantas.
Llena de curiosidad volvió a subir las escaleras corriendo y ... CATAPLAF, otra vez fue a dar con su amigo el piso. Se paró de un salto y comenzó a echar todas las maldiciones inimaginables.
Volvió a subir las escaleras, pero ahora más lento y golpeando bien fuerte los escalones, con cada paso que daba para demostrar su enojo.
La lluvia había parado.
Arriba había un pasillo largo, a los costados del pasillo se hallaban un montón de puertas, y al fondo una de madera.
Entró en la primera habitación, parecía un laboratorio, tenía una luz tenue verde. Había un lavamanos, servilletas de papel al lado, una heladera, un estante con frascos , los cuales tenían tarjetas borroneadas y líquidos raros.
En ese momento, recordó algo que le hizo bajar las escaleras corriendo, salir de la casa a las apuradas, atravesar el pueblo sin tener tiempo para decir Hola, pisar un charco de agua embarrada, mancharse todo el vestido, subir la montaña a todo lo que da, entrar en una choza vieja, coger unos trastos raros llenos de polvo y un vestido violeta oscuro y volver a la casa a toda prisa, tomándose el vestido enchastrado para no mancharse las piernas.

jueves, 18 de agosto de 2011

MILLIE SIGUE CON SUS AVENTURAS

En el techo del salón colgaba una hermosa y enorme araña de cristal.
A la izquierda de la puerta por la que había entrado Millie, se hallaba un piano antiguo cerrado con llave, que descansaba en una caja sobre él, junto con un reloj bañado en oro y un jarrón con cuatro flores muertas.
Más atrás había dos sillones, cuyo forro hacía juego con el mantel a cuadritos que cubría la mesa que estaba entre medio.
Al fondo de la habitación, se encontraba un mueble de madera tallado admirablemente. El cual contenía tazas lujosas y platos, pero todo estaba lleno de polvo.
Caminó hacia el fondo de la habitación, y se encontró con una escalera con los escalones medio viejos y rayados.
Entró donde aparentemente estaba la cocina. Era grande, tenía tres ventanas corredizas, un horno cubierto de polvo, muebles de madera con manijas de metal, una heladera que aparentemente hacía mucho que no se usaba, pero que todavía andaba, una mesada de mármol con una pileta, una mesa grande, un estante con libros de cocina; y un mueble con cajones, puertas y un espejo sucio...

miércoles, 10 de agosto de 2011

SE VIENE EL CAPÍTULO 2

Caminó bajo el cielo encapotado hasta que llegó, pero todo estaba oscuro, tampoco se oyó ningún ruido, Millie comenzó a impacientarse. Saltó la reja y sin pensarlo tocó el timbre de la puerta de adentro. No atendió nadie y Millie se dijo a sí misma:- Ya me cansé de esperar, y no puede ser que el propietario esté de vacaciones porque estamos en septiembre, pero a lo mejor está aún trabajando porque, como es el día del padre, puede haberse quedado a trabajar más tiemp...Pero no llegó a terminar la palabra cuando de repente un rayo iluminó el bosque y comenzó a llover a cántaros. Millie se dio cuenta que la llave de la casa estaba caída debajo de la ventana.
Abrió la puerta y entró empapada, pero se quedó con la boca abierta al ver lo que había adentro.
Continuará

lunes, 1 de agosto de 2011

VOLVER A EMPEZAR



Comenzamos el segundo cuatrimestre renovando nuestras fuerzas para que juntos todos, podamos hacer una educación pública de calidad, a pesar de los obstáculos, porque nuestros chicos la MERECEN.

LAS AVENTURAS DE MILLIE

A la mañana siguiente, no se despertó sobre su atril sino en el plato de sopa que había tomado la noche anterior, que ahora seguramente estaría helada. Pegó un grito y rápido se dirigió hacia el baño, con el pelo enchastrado de sopa. Luego de unos minutos salió del baño con todo el pelo mojado, y acomodó los pliegues de su vestido celeste a lunares azules.
Tomó su desayuno, como de costumbre, empaquetó los cuadros y bajó al pueblo. Como era el día del padre, tuvo más clientela que nunca. Vendió el cuadro de un caballo, el de un jarrón con flores muertas sobre la mesa, el de la niña de vestido azul, el del búho en la cerca y el del gato negro subido al techo de una casa, con la luna llena de fondo.
En la tarde, en vez de ir del pueblo a su casa, fue al bosque con intención de descubrir quién era el dueño de la casa.
Fin del Capítulo I