A la mañana siguiente, no se despertó sobre su atril sino en el plato de sopa que había tomado la noche anterior, que ahora seguramente estaría helada. Pegó un grito y rápido se dirigió hacia el baño, con el pelo enchastrado de sopa. Luego de unos minutos salió del baño con todo el pelo mojado, y acomodó los pliegues de su vestido celeste a lunares azules.
Tomó su desayuno, como de costumbre, empaquetó los cuadros y bajó al pueblo. Como era el día del padre, tuvo más clientela que nunca. Vendió el cuadro de un caballo, el de un jarrón con flores muertas sobre la mesa, el de la niña de vestido azul, el del búho en la cerca y el del gato negro subido al techo de una casa, con la luna llena de fondo.
En la tarde, en vez de ir del pueblo a su casa, fue al bosque con intención de descubrir quién era el dueño de la casa.
Fin del Capítulo I
1 comentario:
Sigue la intriga!!!. Quiero entrar a la casa y saber con qué se encuentra Millie.
Publicar un comentario